
En 2005 nos mudamos mi marido Javier
Blanco-Cobaleda y yo a Valviejo, una preciosa finca del campo charro
salmantino con encinas centenarias y un magnifico pasto para las
yeguas. En ella hemos construido unas cuadras con boxes para 52
caballos, un picadero cubierto de 42 x 24 metros, una pista exterior de
75 x 45 metros, dos picaderos redondos de trabajo, un caminador y una
pista para entrenar los caballos para salto, y seis paddocks de 6 has.
cada uno, todos ellos con sus bebederos de agua y comunicados con las
cuadras, mas unas 60 has. en cercados para pastos, y todas las
facilidades necesarias para la atención y cuidado de los caballos tanto
para su alimentación como para cuidados mas especiales como una
enfermería preparada para inseminación, curas o tratamientos.
Nuestra base de cría son 10 yeguas árabes y
4 cruzadas (dos Aa y dos CDE), procedentes todas ellas de Valjuanete y
siguiendo no solo la tradición del árabe sino también del caballo de
deporte que tan buenos resultados había dado. Las yeguas árabes
mayoritariamente son de origen Zancudo y Zacateco, orígenes estos dos
que dieron tan buenos productos con nuestras yeguas y que transmiten
belleza y movimiento.
Como sementales tenemos en este momento a
Val Luxor (Campeón de Torre pacheco-Murcia), un árabe de belleza y gran
talla, dócil y fácil de montar, con buena disposición y del que
tenemos ya buenos productos. También hemos traído de Inglaterra un hijo
y un nieto de El Perfecto, Haison y Estel P, que además cuentan en sus
orígenes con varias campeonas del mundo, sin salir de las líneas puras
del árabe español, que creo darán muy buenos resultados, y para el
futuro y dentro de mi política de cría de mantener el puro español pero
también probar algo de refresco de sangre, tenemos dos hijos de Gaspar
(Campeón Nacional de Polonia, y a su vez hijo de Gaskonia igualmente
campeona Nacional de Polonia) y de Val Nora, una de nuestras mejores
yeguas todavía jóvenes pero que no dudo serán magníficos sementales.
Valviejo quiere ser una moderna ganadería
para la cría y mejora de nuestros caballos y esta abierta a la
recepción de caballos en pupilaje, para recría, descanso y
entrenamiento.


LOS CABALLOS CARTUJANOS
El origen de la influencia del caballo y, en concreto, del caballo andaluz, dentro de nuestra cultura coincide con el florecimiento de las primeras grandes civilizaciones en la Península. Los cartagineses incorporan los équidos en gran número a sus ejércitos por su enorme resistencia y fuerza. Posteriormente, los romanos saben apreciar el valor del caballo andaluz y lo potencian tanto como medio de transporte en la vida civil y en los frecuentes conflictos bélicos como signo de distinción para reyes y emperadores. También se seleccionan para los juegos circenses. La importancia de los caballos e incluso de la cultura ecuestre en la Península Ibérica en aquellos momentos queda patente por los testimonios escritos que dejaron grandes escritores clásicos como Homero, Jenofonte, Virgilio o Plinio. La invasión de los pueblos germánicos no influye en las características de los caballos andaluces ya que efectúan su entrada en la Península mayoritariamente a pie y los pocos efectivos que llevan no llegan a mezclarse significativamente con los autóctonos, ya que además se mantuvo vigente la legislación romana en defensa de los ejemplares españoles.

Los árabes organizaron un ejército con una caballería ligera formada casi exclusivamente por caballos andaluces. Esta caballería ligera fue importante en la expansión árabe en España. Los invasores admiraron de buen principio las virtudes del caballo andaluz, su gran acierto fue conservar y potenciar las características propias de la raza española, creando importantes yeguadas e incluso enviando partidas de ejemplares como regalo a Constantinopla, Bagdad y otras grandes ciudades del imperio islámico. La importancia que dan los árabes al caballo durante su permanencia en la península ibérica se evidencia en el origen de los términos "caballero" y "caballerosidad" acuñados durante la Edad Media para calificar honrosamente a los propietarios de estos preciados animales y sus virtudes, respectivamente. Las luchas internas musulmanas y los largos años de reconquista diezman considerablemente la población caballar.

El auge de la agricultura y la ganadería a partir del fin de la reconquista así como la baja demanda de caballos para fines bélicos, margina a los caballos en pro de las mulas, mucho más prácticas para los trabajos duros. Serán necesarias diversas órdenes por parte de diferentes gobernantes para proteger al caballo de los cruces improcedentes, así como la intervención de órdenes religiosas que los amparaban en sus monasterios, como es el caso de los cartujos. Los orígenes de la Cartuja y la Yeguada
Desde su fundación a finales del siglo XV, el monasterio de la Cartuja se convierte en piedra angular de la crianza del caballo jerezano. Durante tres siglos, que coinciden con los de máximo esplendor del reino de España, los monjes cartujos constituyen una yeguada que con el tiempo se convertirá en una de las más célebres y apreciadas del mundo. Su esmerada labor ganadera, asentada en torno al espléndido edificio renacentista y en el marco excepcional de clima y fertilidad, donde también se crían los universales vinos de Jerez, se ve interrumpida a inicios del Siglo XIX, a causa de la guerra de la Independencia y coincidió con los años de esplendor de España y, en consecuencia, de
Bonito bailes en los videos de los árabes,y de gran cultura de los caballos para los inexpertos. Muy bueno para aprender
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